MODELOS CREÍBLES

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NETIN posee un proceso propio de análisis y seguimiento de proyectos para inversión. Ni mejor ni peor que otros, tan solo distinto. Uno de los pasos de nuestro proceso es el de someter al proyecto a un comité experto. Y precisamente en el comité mantenido en el día de hoy han surgido unas dudas.

¿Qué es un modelo creíble? O mejor ¿Cómo detectar si un modelo es creíble o no? Ya adelantamos que la pregunta no tiene respuesta. Pero vamos a dar unas pinceladas, ciñéndonos tan solo a los aspectos financieros. Como ya es bien sabido, quizás esto es de lo menos importante, pero de lo más llamativo ¿Cómo lo valoramos? Haciendo un listado como el siguiente.

  • En primer lugar, analizamos el sector, para ver si puede escalar o no, de cara a analizar los crecimientos. No es lo mismo una franquicia que una fábrica o un proyecto tecnológico.
  • Analizamos las tasas de crecimiento de un ejercicio respecto al anterior. Dependiendo de la etapa, sector y otros factores, las tasas puede ser mayores o no. Nos asusta ver tasas de crecimiento crecientes. Como también ver tasas anormalmente altas. Esto nos permite hacernos una idea sobre el optimismo con el que esté construido el modelo. O también el desconocimiento del mercado, competencia, etc., de los promotores.
  • Evaluamos la curva de crecimiento propuesta por el promotor. Puede ser logarítmica con asíntota vertical, recta, pero también sinusoidal. Ello nos puede ayudar a entender la ambición del promotor y el conocimiento que se tiene del sector, la idoneidad del canal de ventas, del pricing, etc.
  • Analizamos la correlación de gastos respecto a ingresos. Con esto tratamos de hacernos una idea sobre lo trabajado que está el modelo. Ello a la postre lo hace ser más o menos sólido. Más o menos creíble.
  • Corroboramos la correlación del gasto de personal en relación al sector. Un proyecto es producto de su sector. Y salvo contadas excepciones, ha de seguir los mismos patrones. Esto nos da idea de lo trabajado del modelo y del conocimiento que el promotor posee del sector, de la productividad de su idea, etc.
  • Estudiamos los EBITDAs. Esto nos provee de información sobre el optimismo del promotor, de su conocimiento del sector. Así como de la propia competencia existente. Cuando un modelo propone beneficios desde el primer año, hay que profundizar. Lo normal es que un proyecto de economía tradicional no resulte en beneficios hasta el tercer año (como poco). Mientras que para startups, se puede demorar dicho momento varios años más.
  • Observamos las amortizaciones y los gastos financieros. Frecuentemente los promotores no dan importancia a estas partidas. Pero aportan información respecto al plan de inversiones y su coherencia con lo que se pide. Así como a la hipótesis barajada respecto a la financiación. Cuando un proyecto no tiene gastos financieros, quizás se esté siendo optimista en cuanto a la necesidad de financiación bancaria o de préstamos participativos.
  • Y por último, y no menos importante, obtenemos, con los datos aportados por el promotor, una valoración por Flujos de Caja. Dicha valoración, y en función del estado del proyecto, y del resto de consideraciones anteriores, se obtiene tras ser muy severos con las tasas de descuento. Pretendemos de alguna forma, convertir una tasa de descuento en un indicador de riesgo. Y no solo de acuerdo con el estado de la idea, sino también de la coherencia del modelo.

En definitiva, nuestro modelo consiste simplemente en valorar lo coherente de un modelo empresarial. Y esto como un dato adicional al resto de aspectos importantes a analizar.

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