Hemos analizado cientos de proyectos en un corto espacio de tiempo. Ello no nos proporciona un conocimiento superior al resto de personas. Pero sí nos aporta una visión con un cierto valor. Ya que durante este tiempo hemos podido aprender de otros inversores. Además, hemos analizados proyectos ya invertidos por otros inversores. O bien proyectos en rondas de financiación con otras plataformas.

En muchas ocasiones nos piden que nos pronunciemos sobre si una determinada idea es buena o no. Y esta pregunta tiene una respuesta difícil, ya que depende de muchas variables.

Partimos de la base de que las ideas que se pueden analizar son, por decirlo de alguna forma, coherentes. Es decir, no son absurdas. Aún no nos hemos encontrado ideas completamente absurdas que rechazar.

Para considerar una idea sobre la que trabajar, se han de tener en cuenta varios aspectos. Pero en ningún caso decimos que la idea sea mala, sino adecuada o absurda. A continuación exponemos 8 criterios de valoración cualitativa para comprobar una idea de negocio.

  1. ¿Tiene sentido la idea que se cuenta? Es decir, que no sea absurda como ya se ha dicho.
  2. ¿Resuelve un problema? Si la idea no resuelve un problema, probablemente no sea adecuada, aunque tampoco ha de ser absurda.
  3. ¿Resuelve una necesidad? En algunas ocasiones, la idea no resuelve un problema, sino que atiende a una necesidad existente. Si es así, podemos considerarla como adecuada.
  4. El problema o necesidad ¿Es evidente o patente? ¿Es conocido por los potenciales clientes? Quizás, nos encontremos ante un problema o necesidad que no está en exceso mostrado. Este tipo de ideas quizás sean del tipo “evangelización”, lo que hará difícil su desarrollo, además de costoso.
  5. ¿Cómo de grande puede ser el mercado potencial? Una idea adecuada también ha de ser aplicable a un buen mercado. De otra forma, posiblemente sea una idea tan específica, que vaya dirigida a pocos clientes.
  6. El promotor de la idea ¿Tiene experiencia previa sobre la idea? Una idea adecuada, además, ha de venir contrastada por una experiencia previa del equipo promotor. Lo que ha permitido mejorar lo existente.
  7. ¿Introduce un cambio o diferenciación respecto a lo existente? No nos engañemos, todo está inventado. Las buenas ideas son mejoras de lo ya existente. Atendiendo a necesidades reales. O resolviendo problemas reales.
  8. ¿Será percibido este hecho diferencial por los potenciales clientes? Es clave que, no solo introduzca valor, sino que además sea percibido. De otra forma, pasará desapercibida. Y aquí se entronca con el modelo de comunicación.

Estas son algunas de las claves que cualquier inversor ha de responder para valorar si una idea es adecuada o absurda.

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